El aborto es una experiencia más en la vida de muchas mujeres y personas con posibilidad de gestar: es un proceso de salud normal, igual como la menstruación, el aborto espontáneo y el parto.

Cada mujer y persona con posibilidad de gestar tiene el derecho de abortar cómo, dónde, cuándo, en qué condiciones y con quien desea y decida, de forma segura.

El aborto debe ser eliminado de todos los Códigos Penales en el país, tanto a nivel federal como en los estados, y legislado en las Leyes de Salud para garantizar la oferta del servicio en todas las instituciones públicas sin restricciones o condicionamientos

Es urgente una legislación que limite y defina la objeción de conciencia como un acto personal de prestadore(a)s directos de servicio; la obligación de proveer información con apego a los lineamientos técnicos, incluyendo la referencia a prestadoras o prestadores no-objetore(a)s y la prohibición de la objeción institucional.

El contexto legal no define si un aborto es seguro o no; abortos realizados en contextos restrictivos pueden ser seguros, y abortos legales pueden ser inseguros (por ejemplo, por el uso de métodos obsoletos como el legrado, o por condiciones indignas). 

Definimos el aborto seguro como un aborto realizado con los métodos adecuados, por una persona capacitada y/o informada, y en condiciones dignas.

El Estado debe garantizar la implementación real de servicios de aborto seguro en las instituciones públicas con amplia cobertura.

Aplaudimos y abogamos por la existencia de múltiples opciones para abortar, es decir, que independiente del contexto legal existan opciones seguras: dentro de las instituciones, en el sector privado, con parteras, promotoras de salud o enfermeras, con acompañamiento de activistas feministas en casa, o de forma completamente autónoma. 

Reconocemos y aprendemos de los saberes y las experiencias de las propias mujeres y personas con posibilidad de gestar, las ancestras, las parteras, las acompañantes y todas las personas que aportan al acceso a abortos seguros.

La autogestión del aborto y el aborto autónomo son actos políticos contrahegemónicos que permiten recuperar la autonomía y el poder sobre el cuerpo. Como médicas, nuestro papel en abortos autgestionados es estar ahí si nos desean o necesitan consultar para que ninguna mujer que pida nuestra ayuda salga sin lo que necesita.